HomeCédulas de Habitabilidad¿Debo exigirle a mi casero la cédula de habitabilidad?

¿Debo exigirle a mi casero la cédula de habitabilidad?

A la hora de habitar un piso, existen ciertos trámites y certificados que son necesarios, entre ellos la cédula de habitabilidad que asegura y garantiza que la estancia está totalmente preparada y capacitada para ser usada como vivienda. Estos certificados y documentos los solemos archivar y guardar celosamente junto a otros documentos importantes como facturas, informes etc., de forma que cuando alquilamos una vivienda, podemos encontrarnos con que quedan en manos del casero. ¿Debe proporcionarnos una copia?, ¿Debemos exigirle como inquilinos con plenos derechos sobre el piso, la cédula de habitabilidad?

Un derecho propio del alquiler

Más allá de que haya obligación o no, una vez se establece y se firma un contrato de alquiler, el inquilino ejerce de propietario legal durante el plazo por el cual se estipula, y como tal tiene el derecho de poseer copias de todos los documentos que sirvan para verificar la titularidad de la propiedad, entre ellos la cédula de habitabilidad.

Un contrato de alquiler llevado en las condiciones y en los términos adecuados, actúa más allá de una simple entrega de llaves. Esta es una cuestión de equiparación de derechos entre inquilino y arrendador, pero además ciertamente existe la obligatoriedad de tener al alcance y en regla la cédula de habitabilidad, al igual que ocurre respecto al certificado de eficiencia energética cuyos usos van más allá del de simple garantía.

Cédula de habitabilidad: un documento necesario además de garantía

La base de deber exigirle al casero la cédula de habitabilidad si no la proporciona es que su uso no sólo se limita a garantizar las óptimas condiciones de la vivienda, sino que se trata de un documento necesario y obligatorio que nos reclamarán para cualquier gestión a realizar en la propiedad. Gestiones tan comunes como cambio de titularidad en los recibos, contratar seguros o nuevos servicios (desde teléfono, internet, agua, luz, gas) etc.

Por otra parte, es un documento cuya posesión interesa a partes iguales tanto a casero como a inquilino, por lo que no se debe ver como una inconveniencia o perjuicio el que lo tenga uno u otro a menos que se deba a su inexistencia, caso que conlleva una irregularidad denunciable.

Hemos visto que es necesaria para que el inquilino gestione la propiedad, pero también supone un salvoconducto para el propietario que, sin su ofrecimiento, deberá continuar con la titularidad de todos los servicios básicos (luz, agua y gas) y por tanto responder ante impagos o uso fraudulento de éstos.

Un contrato útil y válido

Para evitar tanto confrontaciones como molestias ante cualquier gestión, todo contrato de alquiler debe venir acompañado de los certificados antes mencionados: certificado de eficiencia energética y cédula de habitabilidad donde se refleje el número de la cédula del piso alquilado y la referencia catastral del piso, además de las especificaciones, garantías, derechos y obligaciones que se quieran estipular dentro de los márgenes legales.

Cualquier documento que no se acompañe adecuadamente debe ser reclamado, ya que aunque pueda no influir en el día a día, se puede necesitar en algún momento y el no tenerlo disponible conlleva perjuicios tanto económicos como de gestión que pueden dar lugar a conflictos entre casero e inquilino.

 

Cédulas de Habitabilidad con GMS Arquitectura

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